En la foto podemos ver una pasta integral. Como su nombre indica, lleva «íntegramente» todos los componentes del cereal con el que se ha elaborado. Es por ello que tiene este aspecto granulado y no es uniforme, lisa y brillante como la refinada.
En España la normativa permite rotular como integrales muchos productos que realmente no lo son. Un truco rápido para averiguar si una pasta es o no realmente integral, entendiendo por «realmente» un 100%, es mirar la lista de ingredientes atendiendo al siguiente detalle: Pondremos como ejemplo el trigo. Si el primer ingrediente que aparece es «harina integral de trigo» estamos ante una pasta totalmente integral. Si lo que se refleja primero es «harina de trigo» sin la palabra integral, estamos ante una pasta, pan, etc. elaborado con harina refinada que irá acompañada de algún salvado u otro producto integral, en algunos casos un triste 10%. Es decir, no estamos comiendo un producto integral, sino un 90% de harina refinada. Que no te den gato por liebre.
En la consulta siempre sugerimos consumir productos integrales. Como ven no es tan fácil identificarlos, ya que la industria alimentaria utiliza todo tipo de artimañas para vender un producto haciendo que parezca otro que se ajuste a lo que buscamos. Este tipo de productos es mejor adquirirlos en tiendas especializadas, las grandes superficies suelen tener mucha oferta «falsa».