La industria alimentaria y la política
Utilizando como guía la apertura de una conferencia de la OMS (Organización Mundial de la Salud), analizamos un caso de “peligrosa relación” entre la industria alimentaria y el Gobierno, en este caso, de España.
Conferencia de la Dra. Margaret Chang en el congreso de salud de 2006.
El texto que pueden leer en el link que les traigo hoy es la apertura de la 8ª Conferencia Global para la promoción de la salud de la OMS celebrada en Helsinki, Finlandia, el 10 de junio de 2013. La autora es la Dra. Margaret Chan, que a día de hoy sigue siendo la directora de la OMS.
http://who.int/dg/speeches/2013/health_promotion_20130610/en/
Les recomiendo leerlo al completo, aunque hay dos aspectos reseñables, que preocupan especialmente a la Dra. Chang, en los que hace especial énfasis y que me gustaría destacar aquí. Cito textualmente:
El primero se refiere a los acuerdos comerciales. «Los gobiernos que introducen medidas para proteger la salud de sus ciudadanos están siendo llevados a los tribunales y sometidos a litigio. Esto es peligroso”.
El segundo son los esfuerzos de la industria para moldear las políticas y estrategias que afectan a sus productos en el ámbito de la salud pública. «Cuando la industria está involucrada en la política, pueden estar seguros de que las medidas de control más eficaces serán minimizadas o dejadas de lado por completo. Esto, también está bien documentado y es peligroso”.
“Cuando la industria está involucrada en la política, pueden estar seguros de que las medidas de control más eficaces serán minimizadas o dejadas de lado por completo.”
Parece obvio que ambas afirmaciones deben tenerse muy en cuenta ya que atentan directamente contra la salud pública, pero quisiera centrarme e ilustrar el segundo punto con un ejemplo en nuestro país. No sé si conocerán el Plan HAVISA, es un plan sobre hábitos saludables impulsado por el Ministerio de Sanidad a través de la AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición). Su objetivo principal es promocionar hábitos saludable como tener una dieta equilibrada y practicar ejercicio físico. La siguiente imagen ilustra la idea general:

Hasta aquí todo bien, no parece que haya nada de lo que preocuparse. Un gobierno que establece un plan para contribuir a implantar hábitos saludables entre sus ciudadanos. Sin embargo, si nos fijamos un poco más en la fotografía, vemos que una de las entidades colaboradoras en este plan es ALIMENTUM, una fundación sin ánimo de lucro cuya misión es mejorar la calidad de vida y el bienestar social con iniciativas relacionadas con la alimentación.
Les propongo que vuelvan a mirar la imagen. ¿No les da la sensación de que presentado de esta manera el logo de ALIMENTUM, junto a los del Ministerio de Sanidad y de AECOSAN, parece una marca oficial? Da la sensación de una marca segura, una marca de garantías en alimentación y salud ¿verdad? Bien, veamos ahora en la siguiente imagen qué empresas forman parte de ALIMENTUM.

No quisiera dar a entender que estas empresas del sector alimentario son “malas”, “buenas”, “saludables”, “no saludables”… ni siquiera voy a decir que sea pernicioso que se relacionen con el Gobierno del Estado. Pero ojo, lo que sí me planteo son algunas cuestiones que creo que son bastante relevantes:
- ¿Es el bienestar social y la salud de los consumidores la prioridad máxima de estas empresas?
- ¿Puede una fundación “sin ánimo de lucro” formada por estas empresas priorizar la salud frente a los beneficios económicos?
- ¿No les parece que el marco en el que se relacionen el Gobierno de un país y la industria alimentaria debería ser estrictamente regulador y dejar los temas de salud a otro tipo de interlocutores más relacionados con la salud y la ciencia?
… y así podría plantearme un sinfín de preguntas. Sin embargo, les dejo a ustedes la reflexión. Ya yo la he hecho.
Saludos y hasta la próxima.