
LA OPERACIÓN VERANO NOS HARÁ ENGORDAR
Es muy habitual que acudan a nuestra consulta pacientes que vienen con un objetivo de control de peso muy específico. Por ejemplo, querer bajar de peso de cara al verano, por una boda u otro tipo de evento. Esto en sí mismo es un error. Debemos pensar siempre en el control de peso como un cambio de hábitos, debemos plantearnos qué queremos cambiar para siempre y no temporalmente. Este tipo de objetivos, como la «operación verano», se fijan a corto plazo.
¿Y qué pasa cuando alcanzamos dicho objetivo?
Pues que deja de ser un objetivo, y el esfuerzo que hemos puesto en lograrlo desaparece. Consecuentemente al volver a los hábitos previos a la consecución de dicho objetivo, nuestro peso volverá a su valor inicial, o en la mayoría de los casos a un valor aún mayor.
¿Por qué recupero más peso del que tenía?
Los factores implicados en el proceso son múltiples, pero vamos tratar de simplificarlo para entender el concepto. Cuando «nos ponemos a dieta», lo que hacemos es aportarle a nuestro cuerpo menos calorías de las que él es capaz de gastar, a esto se le llama restricción calórica. Esto, a parte de hacernos perder grasa corporal, también nos genera una perdida de masa magra, y, en consecuencia, disminuye nuestra capacidad total de quemar calorías. Al finalizar la dieta recuperamos nuestros hábitos previos y comeremos lo mismo que antes de la dieta. Nuestro cuerpo ya no será capaz de «quemar» como antes y por tanto habrá un balance positivo que nos hace ganar más peso aún. Si a esto le sumamos que con el paso del tiempo y de manera fisiológica, vamos perdiendo masa muscular y ganando grasa, el desastre a largo plazo esta servido. Puedes ver esta entrada de blog sobre este último aspecto: Obesidad sarcopénica, el camino hacia la fragilidad
Para evitar que esto nos ocurra o para, por lo menos, minimizar el daño lo que debemos hacer es aumentar considerablemente nuestra actividad física y tener una buena ingesta de proteínas durante el periodo de restricción calórica, de esta forma se minimiza la perdida de masa magra.
En resumen si decides que tienes que perder peso plantéate las siguientes preguntas: ¿Puedo y quiero mantener esta nueva forma de comer el resto de mi vida? ¿Puedo y quiero mantener esta nueva actividad física que estoy realizando toda mi vida? ¿Mientras lo hago soy feliz?
Si a cualquiera de esas preguntas la respuesta es no, te recomiendo que te replantees la situación porque la probabilidades de fracaso son altísimas.
Saludos.